El invierno es una de las épocas favoritas para los ‘royals’ europeos que, como bien sabemos, son superfans del esquí y los deportes de invierno. Incluso el rey Felipe VI no duda en aprovechar su cumpleaños para escaparse con sus amigos a esquiar, pero de una forma muchísimo más discreta y menos exclusiva que su prima griega. 

La familia real griega siempre ha mostrado su gran nivel de vida y cuánto disfrutan en lugares y eventos de lujo. Desfiles de moda, residencias palaciegas, encuentros de la jet set y por supuesto, también vacaciones al alcance de muy pocos. Marie Chantal y Pablo de Grecia, al igual que sus hijos, tienen clarísimo su estatus y no dudan en disfrutarlo por completo.

Marie Chantal
Gtres

Ahora hemos conocido uno de sus lugares favoritos para “perderse” y desconectar durante la temporada de invierno. Rodeados de sus amigos y con todo tipo de lujos y detalles a su alcance, es la mejor manera que los griegos han encontrado para disfrutar de las vacaciones en invierno siempre que pueden. 

Un club privado y exclusivo 

Si el derecho de admisión tuviera un lugar que lo identifique por completo, seguro que el Corviglia Ski Club estaría en la lista de los posibles espacios que mejor lo representan. No ya es que no te dejen entrar en su garito con zapatillas, como indicaba la mítica canción de El Canto del Loco, sino que el listado de invitados es tan limitado que se convierte en una fortaleza solo apta para millonarios y ‘royals’. 

Este exclusivo lugar, ubicado en St. Moritz, en lo más alto de los Alpes Suizos, siempre se ha considerado por su fuerte seguridad y su férreo control de invitados. Desde su propia concepción en el año 1930 se definió como un lugar tremendamente privado y solo apto para perfiles muy específicos: millonarios, aristócratas y gente con grandes conexiones. Eso hace que los miembros invitados al mismo oscilan entre los 120 y los 150, aunque el secretismo forma parte de su encanto, y donde solo encontramos nombres como Carolina de Mónaco o la Familia Real griega. 

Este club privado es mucho más que un simple punto de encuentro: es un símbolo de estatus, elegancia y sofisticación. “No queremos ver rubias oxigenadas con moreno falso ni hombres con calcetines blancos por aquí”, llegó a definir el millonario Freddy Heineken sobre este club.  Y es que no basta con tener los medios económicos o familiares para pertenecer a este selecto grupo, sino que también se requiere un linaje, un prestigio y una discreción que lo hacen inaccesible para muchísima gente, aunque sea considerada de la jet set. 

El abono de Marie Chantal 

Hay una royal que no solamente cuenta con el pase de acceso a este lugar, sino que también deja clarísimo cuánto disfruta y aprovecha sus estancias allí. Se trata de Marie Chandal, que recientemente incluso ha compartido en Instagram una instantánea junto a su marido disfrutando de una jornada de esquí en el exclusivo resort. “No hay nada como un viaje de esquí familiar” púbica la sonriente ‘royal’ que siempre comparte con sus seguidores en internet partes de su vida como socialité, empresaria y, en este caso, como disfrutona de uno de los mayores lujos del mundo. 

St. Moritz destaca como el destino favorito de Marie Chantal y la familia real griega, ofreciendo no solo excelentes pistas, sino también una vibrante vida social y exclusivas boutiques. Y es que lo mismo puedes cenar en un restaurante con estrella Michelín, que comprar un Gucci tras una divertida jornada de esquí. Parece ser que, aunque la instantánea es de un momento romántico, la pareja estaría acompañada por sus hijos, puesto que una revista griega ha capturado imágenes de los príncipes Constantino y Achileas en la zona durante el mismo día.

La pasión de los ‘royals’ por el esquí 

No cabe duda de la gran pasión de los aristócratas europeos por el esquí y los deportes de invierno. Este club privado, además de las zonas de restauración, ocio y descanso, el propio club cuenta con acceso a más de 150 kilómetros de pistas perfectamente preparadas, donde los visitantes pueden disfrutar de la que se considera una de las mejores nieves de Europa pero sin aglomeraciones o grandes multitudes. 

Pero este no es el único lugar que apasiona a los ‘royals’ a la hora de practicar deportes de invierno. Baqueira Beret, en los Pirineos, es el destino favorito de la familia real española y de Máxima de Holanda, gracias a su privacidad y ambiente acogedor.

En Austria, Lech es el refugio invernal de la familia real de los Países Bajos, mientras que Gstaad, en Suiza, es el lugar predilecto de Carolina de Mónaco, que disfruta de su lujo discreto y su atmósfera sofisticada.  En Francia, Courchevel es el refugio invernal de los Príncipes de Gales y de Carlos III, con una oferta de esquí de primer nivel y una gastronomía de lujo. Klosters, en Suiza, también ha sido visitada por el monarca británico, reflejando su pasión por este deporte.